Fragmento critica por el Filosofo Hugo Quintero, Universidad Santo Tomas de Colombia.
En la obra de Agudelo Gungaro vemos unos caracteres enmarcados dentro del romanticismo o el expresionismo . Y lo decimos por varias razones: en primer lugar porque el artista concentra sus esfuerzos en lograr obras de una gran intensidad emocional, dejando un poco de lado la minuciosidad y el acabado preciosista. Y en segundo lugar porque sus propuestas son decididamente experimentales.
El artista no duda en aventurarse en terrenos poco explorados por el común de los artistas de la región.
En lo formal, sus cuadros y esculturas incluyen figuras estilizadas y en algunos casos deformadas.
A Agudelo Gungaro no le interesa mucho la fidelidad anatómica ni las proporciones; tampoco se preocupa demasiado por aplicar las normas tradicionales de la composición o el color.
Ante todo, lo que busca es ofrecernos su visión del mundo de una manera descarnada; ya sean contornos fuertes, texturas o combinaciones de colores estridentes, los elementos de los cuales se vale adquieren una presencia propia, más allá de una intención representativa.
Las distorsiones que emplea refuerzan la energía y crudeza de sus temáticas.
Sus obras se basan en problemas muy actuales: el más significativo, sin duda, es la violencia, con sus múltiples manifestaciones como el secuestro o el desplazamiento forzado?
Su sensibilidad de ser humano preocupado por la suerte de sus compatriotas corre pareja a su particular manera de enfrentar el hecho plástico; arte y vida confluyen de manera rotunda.
Porque el artista es consciente de que ciertos hechos requieren un abordaje estético decidido y contundente.
Todo ello no le impide abordar también aspectos más amables de la vida, aunque siempre con un toque de poesía y fantasía.
El proceso artístico de Agudelo Gungaro implica asomarse a una multitud de fenómenos vitales y artísticos, de los cuales obtiene la materia prima que transforma en obras atrevidas; buscando sin cesar enfoques novedosos e incluso irreverentes.